Planificada es como he creído que tenía mi vida durante muchos años. Planificación que se desvanece cuando lo que pasa es el tiempo, aquello que no podemos controlar y que a cierta edad te pasa volando.

Si a los 20 largos empecé a cuestionarme muchas cosas, a partir de los 35 todas mis escusas para decidir hacer o dejar de hacer, eran escusas baratas y totalmente limitadoras, así que empecé a comérmelas con patatas junto con los miedos.

Creyendo que siempre hay un buen momento para los proyectos importantes, cómo me río ahora viendo que lo más importante para llevarlos a cabo es la ilusión y las ganas porqué todo lo demás se irá colocando en mi camino a medida que lo vaya avanzando.

He aprendido a improvisar, a lanzarme y a apostar por mi.

¿Y tú, qué estás posponiendo?